Garantizar el éxito de un cambio organizativo, adecuando los cometidos de la empresa, la estructura de competencias y las funciones de los puestos.
Encuadrar a las personas en el nuevo organigrama.
Facilitar la generación de un ambiente propicio para la reforma, que refuerce el orgullo de pertenencia y redunde en el bienestar personal.
Aunar a las personas en una visión y consecución de objetivos común.